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Nagorno-Karabaj: ¿habrá otra guerra?

Probablemente te preguntes… ¿Qué demonios es eso? ¿Dónde está? El artículo responderá a la primera, y la imagen a la segunda.




Contexto


El Nagorno-Karabaj es un enclave auto-proclamado en el Sur del Cáucaso, situado en Azerbaiyán y de población mayoritaria armenia. La comunidad internacional no reconoce la autonomía del territorio apoyado por Ereván.


Los ministros de asuntos extranjeros ruso, iraní e azerí se reunieron el 7 de abril para hablar del futuro del Alto-Karabaj, conflicto que dura desde la caída de la URSS. A principios de abril el conflicto fue reactivado con una ofensiva de Azerbaiyán que se saldó con 75 muertos.


Bajo el pretexto de “asegurar la seguridad de los civiles en el marco de las fronteras reconocidas internacionalmente”, las fuerzas armadas están en realidad intentando recuperar los territorios perdidos y ocupados por milicias armenias desde el fin de la guerra (1988-1994). Los independentistas karabajíes vigilan sus fronteras apoyados militar y financieramente por Armenia. Estos últimos han rechazado la propuesta de otorgarle a la región un estado autónomo bajo tutela azerí. La mayor parte de los karabajíes son hostiles a Bakú ya que el país mantiene una estrecha relación con Turquía, que nunca ha reconocido el genocidio de los armenios.


Guerra


Una primera guerra comenzó en 1917 con la disolución de la República democrática federal Transcaucásica y las disputas por fronteras regionales. Pero tras la Primera Guerra Mundial las tierras fueron ocupadas por los británicos.


Luego llegó Stalin y, como comisario del Pueblo para la Nacionalidades, atribuyó el Karabaj a la Republica Socialista Soviética de Armenia al principio. Pero una degradación de las relaciones con la región armenia hizo que cambiara de opinión y se la atribuyera a la Republica Socialista Soviética de Azerbaiyán. Entonces, el 94% de su población, de origen armenio, se sentía discriminada. La política de “desarmenizacion” (desplazando a los armenios e ignorando necesidades económicas) y de poblamiento azerí llevada a cabo condujo a que en 1979 la parte de armenios bajara al 75,9%.


El 20 de Febrero de 1988 el Parlamento del enclave vota la unificación del Karabaj con Armenia. Esta demanda de secesión es el resultado del resentimiento de la comunidad armenia del Alto-Karabaj ante las imposiciones religiosas o culturales. El 26 del mismo mes desfilan un millón de personas en la capital Armenia reivindicando lo mismo. El movimiento por dicha unificación, que había comenzado pacíficamente, se convierte en un conflicto violento tras la desintegración de la URSS. La guerra consiste en una limpieza étnica por ambas partes. Se persigue a los armenios en Azerbaiyán y se hace lo mismo en Armenia con los azeríes. En los años 1992 y 1993 tuvieron lugar combates de gran envergadura y en 1994 Armenia controlaba el Karabaj así como parte de las regiones colindantes. La guerra termina oficialmente con el alto el fuego firmado en mayo de 1994 gracias a la mediación rusa y se salda con cerca de 20 000 víctimas azeríes y casi 6 000 armenios.


Pero… tal y como demuestra la Historia, una guerra mal cerrada desbocar en replica posterior.


Una paz tensa


A pesar del alto el fuego, es habitual escuchar tiros en el frente. Muchos armenios voluntarios y karabajíes se han desplazado a las ciudades cercanas al frente: Talish y Matarish. El Primer Ministro del enclave, Arayik Harutyunyan, declara orgulloso que: "el Ejército lo componen las 150.000 personas que viven dentro de sus fronteras y decenas de miles de voluntarios, no es ningún secreto". Para los karabajíes por tanto, la defensa del territorio es una cuestión de vida o muerte.


Para uno de los iniciadores del movimiento independentista, Edward Pogossian, “el objetivo a lograr es el de la reunificación con en Armenia libre e independiente”. Pero a corto plazo, las autoridades de Artsakh (nombre del territorio en armenio) tienen la voluntad de crear un Estado libre y democrático.


Para Azerbaiyán, la recuperación de los “territorios ocupados” durante la guerra es un objetivo nacional. Hay un espíritu de revancha en la opinión pública. El presidente Ilham Aliyev así como otras personalidades no cesan de recordar a la comunidad internacional que en caso de fracaso de las negociaciones, Bakú no dudaría en recuperar mediante la fuerza ciudades karabajíes.


Desde el fin de la guerra el país ha estado reforzando su potencial militar. De hecho, el presupuesto dedicado a la defensa en Azerbaiyán es superior a todo el presupuesto armenio. Los petrodólares han hecho esto posible, reequilibrando la balanza y cambiando completamente el escenario de hace más de veinte años cuando Armenia venció al ejercito azerí. Eso sí, la crisis, la bajada del precio del petróleo y la depreciación del manat han agravado los problemas sociales; problemas que una guerra agravaría considerablemente.


Reactivación.


La reactivación del conflicto a principios del pasado abril ha abierto la brecha de un conflicto prácticamente helado. Según un veterano del frente karabají, el enemigo ha estado esperando el momento óptimo para reconquistar lo perdido, refiriéndose a las siete regiones que Armenia controla al menos parcialmente. ¿Qué mejor momento que ahora, con los focos puestos en otros conflictos más mediáticos, para hacerlo discretamente?


A pesar de esto, la posibilidad de una verdadera guerra es pequeña ya que tendría consecuencias imprevisibles y un desenlace impredecible a pesar del reforzamiento del ejército azerí. Los yacimientos petrolíferos podrían ser devastados así como otras zonas industriales y los problemas sociales sumirían al país en un abismo peligroso. Aun así, los medios de comunicación han canalizado vientos de revancha que se han traducido en una opinión pública vengativa. Puede que por ello se esté manteniendo actividad militar en la zona, para que nadie se olvide del conflicto.


Pero… ¿y si la guerra tuviera lugar… qué intereses prevalecen en la región?


Intereses


Siempre hay países implicados en las regiones ricas en petróleo. En particular, Estados Unidos que suele estar en todas, y Rusia que además, está muy cerca.


A Rusia no le interesa en absoluto que estalle un conflicto bélico ya que mantiene buenos lazos con ambas partes. En primer lugar, Moscú ha vendido enormes cantidades de armas a Azerbaiyán. Putin considera a Aliyev como un muro contra el islamismo al defender un régimen laico y fuertemente impregnado por el comunismo. Pero Rusia tiene una división militar en Gyumri y otra cerca de Ereván, ciudades armenias. Un acuerdo estipula que los guarda-fronteras rusos aseguran el conjunto de las fronteras armenias, por lo que la presencia militar es amplia (con aviación y sistemas anti-misiles). Esta misión de seguridad y estabilidad es lo que legitima su presencia militar en la zona.


En cuanto a Estados Unidos, sería algo embarazoso tener que posicionarse. Por una parte tienen claros intereses petroleros en Azerbaiyán. Por otra, forma parte del Grupo de Minsk (creado en 1992 para encontrar una solución al conflicto en cuestión) y alberga una importante minoría armenia en su territorio. Por lo tanto Washington también prefiere que se calmen las cosas.

La visión opuesta es la que tiene Turquía, que quiere afirmar su presencia y mostrar a todos los países centroasiáticos que comparten una misma cultura. De hecho, con las crecientes tensiones entre Turquía y Rusia, los países de Asia Central se ven en una encrucijada ya que mantenían buenas relaciones con ambos. Y ahora esas dos relaciones comienzan a ser paradójicas.


Perspectivas


Desde Ankara, el ahora ex Primer Ministro turco Davutoglu, estimó que Turquía iría hasta el apocalipsis para apoyar a su aliado azerí. Del lado soviético, el experto militar ruso Vladimir Popov juzgaba que “Azerbaiyán considera la resolución del problema por la vía militar, y la participación de Turquía no se puede excluir de tal escenario”.

La disputa puede seguir haciendo 30 muertos al año con tiroteos puntuales, o puede intensificarse con más combates como los de abril. Si el conflicto va a más, creo que éste podría ser el foco de una potencial guerra fría entre Rusia y Turquía, al estilo de Irán y Arabia Saudí.

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